Es la metrópoli,
la capital del mundo, la ciudad que conocías más que la tuya, a través de la
televisión y el cine, es la ciudad de los millones de rostros, ¡todos de verdad
diferentes!, entre colores y peinados; del desenfreno de ropas y atuendos, que
tiene aromas de alcantarillas, entre metros y buses, así como de hamburguesas y
hot dogs sobre el pavimento que siempre está caliente por las huellas sobre él
y por qué acá no se duerme….
La urbe vertical
donde faltan ojos para descubrirla y observarla entre lo cotidiano de gente que
pide unas monedas para comer algo y apurados por llegar al trabajo, pero
también extraordinaria por su arquitectura moderna y sus monumentos para los
turistas, todo o casi todo es grande… muy grande…
Es el NYC que te
abraza entre miradas cómplices y choques entre turistas, donde hablas tú inglés
ese que dicen “spanglish” y siempre quedarás más de una vez con la boca
abierta, como ese chagra o llamingo que eres en la capital financiera del
mundo, la urbe de los apuestos y las guapas, de esas mujeres ordinarias que
parecen extraordinarias en las portadas de las revistas.
La ciudad que
debes conocer perdiéndote y caminando no hay otra forma y que siempre
absolutamente siempre quedará en agenda algún punto pendiente por llegar y eso
es parte de la magia que te obliga siempre a volver….
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