El Madrid que te
envuelve entre nostalgias, nunca terminas de conocerlo y es parte de su
estrategia para que siempre vuelvas…. la puerta de entrada a Europa te muestra
la esencia del pasado en una lucha constante sobre mostrar su presente; entre
gente, tapas y cerveza puedes sorprenderte fácilmente y así como tantas puertas
tiene la Plaza Mayor, el corazón de la ciudad, así, varios caminos te conducen
por calles estrechas o avenidas amplias, donde miras la influencia debes dejar
que el sol se esconda para mirar su otro rostro, el bohemio que lo complementas
con un buen vino, es el Madrid de los reyes pero con vasallos mucho más
interesantes que te hablan de fútbol, música buena comida, los toros y el
flamenco, es la ciudad de Sabina que extendía las noches, rasgando la guitarra
y diciendo algunas verdades, de Ismael Serrano siguiendo sus huellas entre
bares y esquinas de media luz, es la capital y por eso algo de toda España está
entre rostros, ventanales, plazas, mercados y su gastronomía que llena no solo
tus sentidos, es la ciudad que en el pasado le tuvieron romanos, musulmanes,
cristianos y nobles, en Atocha sabeas que puedes viajar a cualquier punto en
Cibeles llega el esplendor en la Gran Vía unos el siglo 20 con el 21, en sus museos te falta tiempo y entre su
gente confirmas que tienes algo de ellos… y en FNAC me morí, entre libros y
música, que hizo que la maleta tenga sobrepeso, pero valía la pena…. claro que
si la dejé con una pena extensa y una alegría fortalecida porque sé que siempre
está más cerca nuestro próximo encuentro.
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