DIVIDE ET IMPERA

¿Cuánto cambió el país con tantas reformas?, ¿funcionan las nuevas estructuras propuestas? ¿hay una verdadera representación en la Asamblea?, o volvemos a lo mismo que sucedía antes de implementarlas….

Acá en Riobamba, antes siquiera de posesionarse, un asambleísta elector marcó distancias con el partido con el partido que le apoyó en su elección, hoy otro se desafilia reclamando falta de apoyo a una postulación y llegan los dimes y diretes.

En la nueva Asamblea empiezan a sentirse presiones entre mayorías y minorías, los independientes se seguirán incrementando, seguirán entre peleas y desacuerdos, confirmando que funciona aún la vieja estrategia de la antigua Roma: DIVIDE ET IMPERA, “DIVIDE Y VENCERAS”.

Y los temas de importancia seguirán esperando, las propuestas serán mínimas y habrá que negociar viajes y representaciones, para construir leyes ya habrá tiempo y lo harán los asesores, es poca sin duda la representación que se puede tener desde figuras políticas que parecerían llegan a ese tipo de dignidades sin un norte claro sobre sus funciones y objetivos personales, en cambio, bien definidos.

Los seguiremos viendo por la televisión con ropa de marca y el último iPhone, entretenidos y sonrientes con poca atención al debate y la legislación, si total otras cosas son importantes, hay tanto por revisar: el auto que debemos cambiar, la ropa que estrechará el vestidor, el menú que ofrece el restaurante recomendado, el selfie para los amigos… y amigas, la fiesta del compadre, las compras en el Mall, el trofeo que me piden, las fiestas de la tierra…

La Democracia se la debe fortalecer desde una madurez política de todos, como ciudadanos pidiendo agendas de trabajo que se justifiquen, impulsando desde la clase política mínimos acuerdos para superar la pelea sin sentido y el discurso de siempre, el nuevo Presidente, Lenín Moreno, debe exigir un trabajo conjunto y ese “equilibrio” en la Asamblea, tan referido como triunfo por un sector, de nada sirve si volvemos a las viejas prácticas, la historia dice que hubo hace apenas algo más de una década un Congreso donde pasaba de todo, esta historia continuará…

¡UN SER ENORME!

Era un personaje que recorría la ciudad, no supe mucho de él salvo por una fotografía donde generosamente ayudaba a un betunero, de la tercera edad, a movilizarse en su coche, nunca terminé de contar su historia, apenas captar una crónica gráfica un domingo por la tarde…

A Don Agustín Chirao siempre le acompañó un poncho y un sombrero, tanto como la sonrisa y cortesía que tenía con todos, este campesino falleció a fines del mes anterior, producto de una peritonitis y las redes sociales contaron parte de su historia y la familia sintió la solidaridad de gente que no conocía, pero que estuvieron en su último adiós.

Y son de esas personas anónimas que las miras en la cotidianidad y no te detienes para decirle gracias, por lo que hace, demuestra y significa, así seguirán quedándose héroes sin un espacio en nuestro tiempo que es tan complejo, marcado y ajustado por cosas que no siempre son determinantes y necesarias, buscamos el saludo de quien no aporta nada a nuestras vidas y el reconocimiento sobre algo que por lo general termina siendo superficial.

Su tamaño no fue un limitante y cada jornada la cumplía con el mismo entusiasmo, con ese deseo de servir bien y ser feliz con lo que tenía, un coche y una forma de trabajar, sin quejas sino con agradecimientos, persignándose y llevando a su casa un dinero bien ganado o algo que le regalaban y siempre lo colgaba en las fundas de su medio de transporte.

Lo extrañaran las calles de la ciudad, las vendedoras del mercado, los guardias de seguridad, los niños de la calle, los betuneros – uno en especial – y sentimos que en el día a día hay personas que nos pueden dar lecciones sin nada más que mostrar que su vida es simple y práctica, que hay seres enormes que no llegan a medir un metro.