La familia Chasi está detrás de una de las mejores tradiciones quiteñas, los “motes de San Juan”, son de la mejores “huecas” de la carita de Dios y sin duda el mote más rico y famoso de la capital, disfrutado por “chullas quiteños” y “chagras”.
Doña Carmen empezó el negocio en el tradicional barrio quiteño, su nieta, que lleva el mismo nombre, es la que ahora sirve el mote con una deliciosa fritada y “chusho”, con papa asada, zanahoria, cebolla y hierbita y un ají “de Dioses” como dice un comensal.
Todo un proceso, largo y cansado está detrás de este platillo que cuesta USD 4 y remplaza fácilmente a un almuerzo si se lo sirve antes del mediodía. Se compra el maíz amarillo crudo para poner en el pailon a pelarse, de allí sale para lavarlo y desde las 18h00 se lo cocina; ¿el secreto?, si, hay uno y es simple “cocinar con leña”, como lo hacían los “antiguos y las abuelas” el siglo pasado y más allá.
Los complementos también mantienen la tradición, por ejemplo, el maní, que es parte del preciado ají, es tostado en tiesto, así como la preparación del tostado es con la manteca del chacho que termina como una fritada también cocinado con leña y en una paila grande.
Se vende más los viernes, pero la demanda del mote es todos los días, “toca a veces hacer fila y es más larga que la del bono de la pobreza” cuenta Carlos mientras se sirve el mote y hace una pausa para reír. Lo sirven en esa tradicional esquina de la Nicaragua N14-53 y José Riofrío, en una casa vieja, su sabor ha llegado hasta el Palacio de Carondelet y claro también tienen clientes “pelucones” y “famosos” la lista es más larga que la que espera por este delicioso mote, todo un manjar! recomendado por el cronista de la nota, que los conoció cuando era un chagra estudiante de la Universidad Central y que no pudo evitar pedirle un #selfie a Carmita entre la nostalgia de saber que siempre le dio bien "yapado" y le trató con cariño... PD. Se sabe que nunca le fió y es parte del éxito del negocio.
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