Hubo algo de dolor en el cuerpo en la noche, me quedé dormido un tiempo más
y no salí a caminar como estaba previsto, pensé hacerlo en la tarde, ha pasado
una semana que el médico Fausto Maldonado la consideraba decisiva, por las
relaciones de tiempos y acciones que antecedieron, esperábamos más molestias,
pero no han pasado de dolores musculares y problemas estomacales que han ido
pasando y son menos seguidos.
La medicina homeopática la sigo tomando como me lo indicó el Dr. David
Rivadeneira, ha sido un tiempo para valorarla más y sentir que es una
alternativa de equilibrio y apoyo fundamental, son pocos años que la utilizo, pero
con resultados sorprendentes, de verdad que cada vez hay menos pastillas en el
botiquín y eso es bueno.
Deberían enseñarnos desde pequeños que el cuerpo es una máquina perfecta
que te da alertas, que somos energía, mucha energía y se la puede canalizar,
que cada órgano está cumpliendo su función y fundamentalmente somos emocionales,
por lo que es importante entender lo que nos pasa para saber de nuestros
“achaques” y claro además que la naturaleza en su sabiduría tiene muchas cosas
para evitar que tengas compuestos químicos en tu cuerpo.
Aposté por cocinar al vapor, fue anecdótico porque mi esposa encontró una
olla para hacerlo que no me había dado cuenta cuando las compramos, había que
utilizarla, decidí hacerlo con instinto y dejar de lado el tutorial de YouTube,
descongelé pollo y lo aderecé; tenían verduras listas: incluí zanahoria,
alverja, choclo, pimiento, espárragos y portobellos por instinto coloqué
orégano, nuez moscada, laurel el vapor hizo lo suyo, no nos fue mal.
Entre la comida saludable y la que te pasa factura, seguiré prefiriendo la
segunda, escondiendo el cargo de conciencia, confirmo que de verdad extraño un ¡buen
hornado! además del cebiche de chochos, lo haré con seguridad el próximo fin de
semana, mi madre me tomó de la mano muchas veces y fuimos a la Merced donde la
casera Alejita…
Entre desocupar un armario del cuarto donde estoy y ordenarlo encuentro
algo maravilloso, un LP de Fediscos color verde, mágico, el cd con el que
repasaba los bailes en la adolescencia y subiendo el volumen del equipo cuando
los papás estaban en la calle por esos maravillosos años 80. La disquera es
Mercury y están temas como Boogie Nights, Funkytown, Sugar Sugar, Venus, Drive
my car, muy oportuno cuando debo mostrar en Facebook portadas de discos que nos
marcaron en gustos musicales este es una reliquia. YouTube como siempre me
permite escuchar a los años la secuencia, ¡todo maravilloso! el baile no más
está un poco lento y me canso pronto.
Solemos llenarnos de papeles desde los encargos profesionales, mi esposa y
yo hemos trabajado en el sector público y siempre corresponde guardarlos,
decidimos depurar archivos y que se vayan muchos documentos que ya sólo llenan
espacios, cada uno en sus archivos retirando documentos y papeles, sorprendente
la cantidad que terminó en una funda industrial y la tranquilidad de saber que
cumpliste los procesos como compete de forma honesta y responsable.
Significaba también ver la burocracia en su máxima expresión, informes,
papel, reportes, oficios, documentos y más documentos, de ida y vuelta entre
jefes y subalternos, tanto se habló del gobierno electrónico, de la ventanilla
única, de “cero papeles” y vino el virus a confirmar que es posible gastar en
menos papel y hacer muchas cosas en línea; el covid19 obligó a varios “jefes” a
familiarizarse recién con las computadoras y la funcionalidad del internet y
siguen enviando tareas en horas que no corresponde.
Debemos adaptarnos, son nuevas cosas por aprender, que evitará malos ratos
e inconvenientes, vivimos una nueva cotidianidad, entre cumplir el teletrabajo
y no quedar mal en la próxima reunión por zoom de la familia, deberíamos
preguntar y pedir ayuda, dejar de lado vergüenza pues son muchas cosas por asimilar,
esto debe ser colaborativo entre nativos digitales y los que simplemente somos
de otra generación y nos cuesta dominar el día a día entre webinars, video
conferencias, chats.
Pregunté si tenemos incienso en casa a mi esposa, le comento que quiero una
siesta con un buen aroma y música adecuada, no hay incienso, pero ella ha
tenido un difusor pelucón, que, en pocos minutos, cambia el ambiente de la casa
y se torna muy agradable, lo demás, descanso de sábado por la tarde, el sol
ingresa por la venta no necesitas cobija.
Sobre las 20h00 nos conectamos con los primos Paredes
mediante Zoom, nada como estar en el mundo digital y sentir que se les quiere y
extraña, larga “lenguaterapia” igualándonos sobre lo que ha pasado, todos de
alguna manera adaptándose a nuevas realidades digitales y protegiendo a los
nuestros, sin duda son buenos ratos que esperamos pronto puedan ser en vivo y
en directo, aquí o allá, dónde sea, si al final sigues confirmando prioridades
desde los afectos.
La vida me arrebató pronto a dos hermanos, Efraín y
Paulina, por lo que mis primos ocuparon ese lugar y son muy importantes en mi
vida, hay muchas cosas que hemos aprendido juntos y por separado, pero siempre,
en cada encuentro hay risas y la guitarra nunca falta y claro si se llega a interpretar
la Malagueña, quiere decir que el festejo superó las expectativas y se
olvidaron de ver la hora.
Una nueva semana más para aprender, la última de
confinamiento y espero cada día contarles novedades que tienen esta epidemia
que vino para quedarse por un buen tiempo y deberemos entender la vida desde
otras perspectivas. Nada será igual. Extraño mucho estar en coberturas.
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