viernes, 5 de junio de 2020

#AislamientoCovid19 DIA UNO: Un “miti” “miti”

Parecía un viernes más, salí muy temprano al sector de Tuntatacto, cerca de Riobamba, Edison, guardia de seguridad del Refugio del Tren en Urbina, se ganó nuestro aprecio por siempre ayudarnos mientras administramos ese local, gentilmente me dijo que venga a llevar unas “papitas” y en tiempo de crisis eso hay que agradecer.

 

Al final el carro vino con un quintal de papas, otro de habas, cuyes, gallina y un galón de leche y ellos diciendo “disculpará no más Don Marcelo”; de retorno confirmaba que el mundo es circular, llegué feliz a casa, pero debí salir de improvisto por una diligencia judicial y aproveché para tomar una prueba rápida de Covid19 ofrecida por el GADM Riobamba a periodistas que hemos estado en primera línea durante la epidemia. Llegué puntual, la gestión duró poco, un pinchazo y a esperar.



“Dan los resultados enseguida” - pregunto a la doctora - “en media hora sabemos, se llama sólo a quienes salen positivos” - me dijo - “¿hubo muchos positivos?” repregunto como buen periodista buscando datos para una nota, pero ella muy discreta evadió la respuesta. “Entonces si en una hora no me llaman me quedo tranquilo, ¿verdad?” referí, ella solo asintió.

Decidí que no sería la hora más larga del mundo, volví a casa, mi esposa debía hacer algo fuera ocupó el auto yo aproveché para tomar un baño largo y refrescante, calculaba que pasó ya más de una hora y revisé el teléfono, ninguna llamada perdida, eso es bueno “salí negativo” me dije y me senté a escribir unas notas para el Diario de Riobamba.

Pasó diez minutos y me llamó una funcionaria del GADM Riobamba “¿dónde está Marcelito? “en casa escribiendo algo para el periódico” la respuesta. “No quiero alarmarle… pero… a usted le hicieron una prueba rápida… y salió positivo de covid19” escuchaba del otro lado.


El mundo se detiene, hay una pausa – física y mental - y tratas de mantener la lógica de la conversación ¿qué debo hacer? me pasan con la doctora responsable y me da instrucciones, “aislamiento inmediato” recomienda, me pregunta por síntomas y confirmo que no he tenido ninguno de los que refieren habitualmente.

La primera llamada a mi esposa “di positivo en la prueba”, debe terminar algo y tardará unos minutos. percibes el miedo que tenías en marzo, cuando empezó la pesadilla del covid19, llega un dolor a la cabeza como si fuera un cintillo y de a poco una molestia en la espalda, te sientes culpable, piensas en las personas que estuvieron cerca en los últimos minutos, horas, días, ¿dónde pude haberme contagiado? te preguntas…

Pongo música de Yanni para respirar mejor y pensar, debo actuar rápido y pienso que, si tendré que cumplir aislamiento, debo llevar mi computadora, siento que eso me ocupará la cabeza para evitar el pesimismo, en poco tiempo, el cuarto de huéspedes es mi estudio adaptado la ropa, útiles de limpieza y demás será tarea de la Monse más tarde.

Llega y tienes unas ganas inmensas de abrazarle y llorar, pero te detienes, sabes que eso no está permitido, solo miro el miedo en sus ojos, pero sus palabras alivian “todo estará bien, saldremos de ésta, te quiero y no estás solo, ¿cómo nos organizamos?”. Lo siguiente adaptar algunas cosas, en tema de higiene, la vajilla y terminar el almuerzo, no tienes hambre y ya son las dos de la tarde.

Llamas a tus padres, decidimos contarles, aunque al inicio creímos que no, enredarse en mentiras posteriores podía ser peor, sabes que fue un dolor profundo, les pido se cuiden y les recuerdo que los quiero mucho, siento que empiezan a trabajar las oraciones de mi mamá y mi tía.

Siguiente contacto los médicos amigos: David Rivadeneira el homeópata y Fausto Maldonado neumólogo, ambos piden que me tranquilice, me recuerdan que si alguien sabe lo que debo hacer soy yo como periodista, me sugieren otra prueba para confirmar, una PCR sería ideal, en Riobamba no lo hacen.

Mis socios del diario se enteran y organizan algunas cosas para desconectarme de las tareas y centrarme en el asunto, su respaldo y apoyo es fundamental, me hacen reír con todas las hipótesis y conjeturas, ¡piden la herencia por adelantado! eso me sirve.

Me comunico con las personas con las que compartí las últimas horas, en sus voces se nota le preocupación, me entero de que uno incluso tomó una ducha “por si acaso”. Al poco tiempo, recibes tú las llamadas, el rumor está corriendo como suele pasar entre periodistas, “el Jijón está con covid19”; contesto y miento: “¡no salí positivo!” quiero estar solo, desconectarme y así lo hago.

Fue una tarde larga donde piensas muchas cosas, no siento miedo de morir, pero me aterra pensar que por mi culpa pueda pasarle algo a mi pareja, a mis padres, o tíos, son adultos mayores vulnerables y a quienes he procurado cuidar hasta ahora. Duele más la espalda y el alma ni se diga; pesa más la cabeza y la conciencia me aplasta literalmente.

Tengo programado una terapia en línea, ¡Katy Yánez me salva!, respiro mejor, el dolor de cabeza se va la espalda duele menos, buscamos causas y razones, se sana el cuerpo por dentro y fuera, habría contagio, pero está encapsulado, la carga fue mínima y la hipótesis es que me pude haber infectado en Quito, a donde viaje por unos temas de trabajo y cumplí una cobertura.

La verdad te ayuda y ubica, sabes que debes programar las cosas desde tu mente, porque caso contrario la batalla la pierdes. La noche fue larga, procuro descansar, debo hacerme la prueba en un laboratorio privado a primera hora, nunca salí tan protegido de casa como ayer.

La toma de la muestra es diferente, me pinchan el dedo anular – duele más – “los resultados estarán en su email a partir de las doce”, regreso y decido caminar alrededor de la casa para relajarme, la música de Ismael Serrano me acompaña, entre la fatiga y algo de angustia, quiero que termine el ciclo de pena, miedo y autocompasión. Respiro, lloro y finalmente grito con fuerza, me siento mejor.

Planifico mi asilamiento y veo como una oportunidad para ser productivo en algunos pendientes, tocar mejor la guitarra (ya está al pie de la cama); escribir el nuevo tomo de la Riobambeñidad (los videos listos); y, terminar una consultoría política (están los libros en el velador). Me pongo a revisar información sobre la enfermedad, contagios, pacientes asintomáticos y asilamiento. El material del curso sobre periodismo en pandemia al que asisto me sirve mucho.

Antes de que sean las doce me llaman una amiga del laboratorio privado a decir que el examen salió negativo y suspiras, mi esposa lo intuye, llega cerca del cuarto donde estoy y la vuelvo a ver feliz, sus ojos brillan y ese ¡te quiero! traspasa el cuerpo y tienes más fuerza y optimismo.

Tu familia y amigos cercanos, están felices con la noticia, la mamá dice que son las oraciones, el colega que las pruebas del GADM Riobamba no son seguras, el amigo que me siga cuidando y el funcionario del Municipio insiste en que me haga la PCR que cuesta USD 130 en laboratorio privado y en el sector público mejor lo dejamos de lado...

Los médicos amigos coinciden que es mejor estar aislado al igual que mi esposa, por precaución de todos y que es bueno saber que no hay síntomas respiratorios. “Trabaja desde la mente” me recomiendan y “desconéctate hasta de las noticias, aunque sé que será imposible” me dice David y ¡pienso hacerle caso!     

Ahora estamos "miti - miti" entre un SI y un NO, optimista como soy, pienso en lo segundo tanto como en proteger lo que más quiero mi familia cercana, haré de este tiempo un espacio para ser mejor persona, si al final de eso también se trata la pandemia.

Les iré contando mis progresos, pero no contarán que salió positiva la primera prueba, los que me llamaron a preguntar pueda que se molesten y hasta se preocupen - de ellos claro está - yo sigo en pie como antes y ahora, mis deudas con la vida se saldaron hace rato y es puro disfrute. Las cosas pasan por algo y sé que la pausa era necesaria y será muy aleccionadora.

 

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